Lee Lacocca, fue uno de los ejecutivos estadounidense del sector automovilístico más importantes del siglo XX.
Fue director ejecutivo de marcas como Ford y en Chrysler.
Lo describían como un hombre cercano y afable, que le gustaba salir de su despacho de jefazo y pasear por las líneas de producción.
Un día, se acercó a uno de los operarios que estaba haciendo una serie de movimientos para colocar una pieza y le preguntó: “Perdone, ¿cuántos movimientos hace usted para colocar la pieza?”
El hombre le contestó: “14“.
Lacocca le volvió a preguntar: “Y ¿usted no puede hacerlo en menos?”
El operario le contesto que sí, y se puso a colocar la pieza en solo 3 movimientos.
Lacocca sorprendido, le soltó otra pregunta: “¿cuanto lleva en la empresa?”
“12 años, señor“, le contestó el operario.
“Y, en todo este tiempo, ¿por qué no nos ha dicho nada?” , dijo Lacocca.
El operario lo miró con cara de circunstancia y le espetó: “Nadie me había preguntado hasta ahora“.
Esta anécdota muestra una de las reglas fundamentales a la hora de gestionar un negocio: preguntar y escuchar.
Preguntar y escuchar a tu público objetivo para seguir ofreciendo lo que ellos quieren y necesitan.
Tan simple y tan sencillo pero que muchos negocios no aplican en la práctica.
Si sigues avanzando con las orejas tapadas, los resultados de tu empresa serán cada vez peores.
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